Dentro del cuadro: Báltico alemán y Kaspar David Friedrich

Plaza del centro de Greifswald

La pintura de Friedrich me cautivó desde la primera diapositiva que vi en clase de arte, y pasado el tiempo me empeñé en paladear los atardeceres, neblinas y ruinas góticas que tantas veces había estudiado. Así que me puse rumbo al norte de Alemania, muy cerca del Báltico. Era verano, hacía mas calor del que se pudiera esperar tan al norte, pero me sentía cómoda.

Visitando cuadros

El primer cuadro que visité en su escenario natural fue Greifswald, ciudad natal del pintor romántico alemán.

Vista de la bahía. Foto: http://www.pinterest.com/pepepresto/ Vista actual de la bahía de Greifswald

Nunca había cenado en la terraza de una plaza tan grande, llena de gente, y silenciosa, no un silencio tenso, sino un silencio lleno de calma y paz interior.

Plaza del centro de Greifswald Vista de Greifswald

 

El segundo cuadro que quería visitar era los acantilados blancos en Rügen, acantilados, de roca cretácea de un impresionante color blanco.

 

Acantilados de Rugen Imagen actual de los acantilados de Krugen

 

Para llegar allí, tuve que andar 4 kms a través del bosque mágico del parque natural de Jasmund, de enormes hayas, repleto de musgo y arroyos… y al final el mar y su atardecer. Un festín de verdes, azules y lilas. Un paisaje bucólico y embriagador, como toda la obra de Friedrich.

La tarde. El cuadro representa el bosque de Jasmund Imagen del bosque del Parque Nacional de Jasmund

La mañana siguiente empezó regular, todos los veraneantes cogían sus coches para ir a la playa y me encontré en un atasco, silencioso, pero atasco. Con calma y paciencia llegué a las ruinas de Eldena.

Ruinas de Eldena Imagen actual de las ruinas.

Visité el montón de oleos, dibujos y sepias que Friedrich le había dedicado. En la actualidad los robles que rodean el monasterio gótico son inmensos, la abadía realiza las funciones de salón de actos público al aire libre y en la gran esplanada de césped sobre la que descansa, uno se puede tumbar a hacer fotos con toda tranquilidad.

Por último visité las Kunsthalle en Hamburgo y contemplar al grande de los grandes… el mar de hielo.

El mar de hielo. Obra cumbre del pintor alemán

No me decepcionó, ni tampoco ningún otro cuadro expuesto en esa sala, aún siendo más pequeños (¿dicen que el tamaño importa..? no en este caso). Un auténtico banquete de arte, un respiro para el alma.

Son difíciles de superar los paisajes sublimes, la inalcanzable y poderosa naturaleza de la que somos parte, y tantas otras cosas que nos muestra Kaspar David Friedrich en su obra, de la que solo he hablado una mínima parte, pero si además de contemplar su trabajo, podemos caminar los parajes que le inspiraron, conseguiremos el maridaje perfecto.

Sendas cuenta multitud de itinerarios por esta y otras zonas de Alemania donde encontrarás parajes naturales increíbles, ciudades bañadas de historias y leyendas que están esperando ser contadas. El norte de Alemania se nos presenta con estos y otros paisajes.

Catedral de Berlín Aquisgran Colonia

 

Como siempre, recuerda que #Sendastelleva

 

Post realizado por nuestra colaboradora: D. María Oropesa

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